![]() HECTOR CUADRA MORENO Al ir profundizando en los estudios para la tesis de su doctorado en Paris sobre las “Instituciones Políticas y el Desarrollo Económico: el caso de México”, que se inicia con el último periodo del Porfiriato, el primer periodo de la Revolución Mexicana y continúa hasta la década de los 60, fueron haciéndose mas patentes ante él las desigualdades sociales, jurídicas, políticas y económicas de millones de mexicanos, produciéndole una gran sensibilización ante la conciencia de la injusticia.
Coincidentemente con ese hecho, don Cesar Sepúlveda, Director del Instituto de Derecho Comparado de la UNAM donde laboraba en ese momento, le ofreció y facilitó la oportunidad para colaborar en la Comisión Internacional de Juristas con sede en Ginebra Suiza, en ese momento, bajo las órdenes de Sean McBride quien seria mas tarde Premio Nobel de la Paz, 1974, Premio Lenin 1975-76 y Medalla de Plata de la UNESCO por servicios en 1980. La Comisión Internacional de Juristas, tenía como encomienda la observación del principio de legalidad y el respeto al Estado de Derecho en los diversos países del mundo en donde se llevaban a cabo acciones violatorias sistemáticas de los derechos humanos. Para logra sus fines se elaboraban estudios y análisis por países en relación con la observancia de la legalidad y la protección de los particulares en su patrimonio jurídico e integral.
Sus reconocidos Informes como el de Nueva Delhi, sobre el Estado de Derecho en el Sureste Asiático, que se asomaba a la realidad política y jurídica de varios países de la zona, y su participación directa en el Informe sobre el estado de Derecho en España y Portugal bajo las dictaduras de Franco y Salazar fueron actividades que le despertaron no solo el deseo sino la necesidad de la acción en la defensa de los Derechos Humanos. Eran tiempos igualmente en donde la existencia de gobiernos comunistas planteaba ante la opinión pública desafíos importantes en relación a los principios de la legalidad internacional.
Amnistía Internacional, organización no gubernamental que estaba abriéndose camino en la defensa de la libertad de opinión en el mundo y que estaba creando una red con secciones nacionales le permitió al lado a Sean McBride (en ese entonces Presidente de su Consejo Directivo), la fundación de la Sección Suiza. La colaboración con Sean McBride, en las reuniones internacionales en su carácter de presidente, le familiarizaron con los procedimientos que permitían recibir la información de las violaciones a los derechos de los individuos en múltiples países y en la forma de promover reacción internacional a las mismas, por medio de grupos que hoy llamaríamos activistas que impulsaban y realizaban la denuncia y ejercían presión ante las autoridades responsables. (Estos grupos se manejaban bajo el principio del famoso grupo de 3, es decir, luchar por un prisionero de conciencia de un país capitalista, otro de un país comunista y un tercero de un país del tercer mundo para evitar que a la organización y sus grupos nacionales se les calificara de parcialidad).
La Comisión Internacional de Juristas le asignó como labores el análisis y la observación del principio de legalidad en los países latinoamericanos y la denuncia de gobiernos militares que realizaban represión hacia sus opositores políticos. Merece especial atención su trabajo realizado en favor de las libertades públicas en España y Portugal, de varias visitas físicas a territorio ibérico, donde se recabó el material que sentó la base para el proyecto que sirvió de modelo para el futuro de reportes sobre las condiciones en las prisiones y cárceles. Se demostró que el gobierno franquista, por ejemplo, estaba cometiendo un genocidio cultural especialmente en Cataluña pues impedía la educación de los catalanes en su propia lengua, prohibía sus publicaciones culturales e inclusive sus juegos florales en su lengua regional y forzaba la educación en castellano. Como resultado de la información recabada, se logró la liberación de muchos presos de conciencia y la derogación de leyes represivas contra los ciudadanos.
En el caso particular de Portugal, se logró la liberación del líder político del socialismo portugués, Don Mario Soares quien en su reincorporación a la sociedad llegó a ser primer ministro y posteriormente el primer presidente del país electo democráticamente al término de la Rebelión de los Claveles que implicó la independencia de las colonias portuguesas en África, especialmente Angola, Mozambique y Cabo Verde. Para el trabajo de Portugal, visitó el país y realizó encuentros con líderes y grupos de oposición en la Ciudad de Lisboa. Con la información en mano se elaboró el reporte para la liberación de Soares, se reunió la información de las condiciones de las prisiones y se documentó la opresión existente para la libertad de expresión, de prensa y la legislación represiva que existía.
Como oficial letrado para América Latina, España y Portugal de la Comisión Internacional de Juristas, elaboraba informes (artículos que bimensualmente se publicaba en un boletín de amplia difusión en ingles, francés y español), en que se exponían las tropelías, abusos, y violaciones a la ley, por ejemplo: en Haití, bajo las dictaduras de los Duvalier; Nicaragua, bajo la dictadura de los Somoza; Paraguay bajo la dictadura de Stroessner; la República Dominicana, bajo la dictadura de Leónidas Trujillo; Cuba bajo Batista y más tarde bajo Castro, y sobre Honduras, Argentina, Uruguay, Venezuela, Brasil, Perú, todos con dictaduras militares. Caso particular, fueron los acontecimiento sobre Panamá, con motivo de la entrada de estudiantes a la zona del canal donde arriaron la bandera norteamericana para colocar la bandera panameña, creándose un conflicto que desembocó en la firma del Acuerdo Torrijos-Carter. Los informes mostraron a la opinión internacional algunas de las atrocidades cometidas, y dio elementos para combatirlos.
Al término de su estancia en Suiza en 1967, llego a México con el encargo del señor McBride de organizar la Sección Mexicana de Amnistía Internacional, donde encontró campo fértil con valiosas y comprometidas personas como doña Alicia Zama, Brigida Alexander y familia, y Annunziata Rossi, entre otros, quienes se dieron a la tarea de la consolidación de esta organización en nuestro país. No hay que olvidar que Amnistía Internacional se ha hecho merecedora a dos Premios Nobel de la Paz en su larga trayectoria como ONG.
Laboralmente se reincorporó al entonces Instituto de Derecho Comparado de la UNAM, donde Don Niceto Alcalá Zamora, investigador emérito de la UNAM lanzó en 1968 la iniciativa de realizar un seminario internacional sobre los “20 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos” y donde participó como Secretario Ejecutivo. El Seminario fue auspiciado por la OEA y la UNAM. Se logro invitar a René Cassin, el ilustre jurista francés quien junto con Jacques Maritain, se consideran los autores de la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 y quien justamente, semanas después de haber sido nombrado premio Nobel de la Paz de 1968, aceptó venir a México a dar una serie de conferencias en ese mismo Instituto. Es de mencionar por cierto que el monto de su premio fue dedicado a la creación de una Fundación, con su nombre en Estrasburgo, Francia y la creación de un Instituto Internacional de Derechos Humanos, dedicado a la investigación y a la docencia en la materia, donde Héctor Cuadra ha impartido cursos.
1968 fue, como es sabido, un año de explosiones sociales, políticas y culturales en el mundo que originó intervenciones y actividades ininterrumpidas de su parte. Como miembro igualmente de la Asociación Internacional de Juristas Demócratas (organización de izquierda comunista), fue invitado en 1968 (del 6 al 10 de julio) a presentar una ponencia contra la intervención militar norteamericana en Vietnam que se realizó en Grenoble, (Francia) y aquí, honor a quien honor merece, David Alfaro Siqueiros pagó su boleto aéreo y gastos de viaje para participar. Dicha Conferencia Mundial de Juristas para el Vietnam tenía como meta sumarse al movimiento de rechazo a la intervención norteamericana en tal conflicto que violentaba todos los patrones de conducta ética y humanitaria en los conflictos locales y de lucha por la liberación nacional. Se trataba de analizar la agresión norteamericana en relación con el Derecho Internacional y la lucha del Pueblo Vietnamita por la defensa de sus derechos fundamentales.
En ese mismo año en el mes de marzo, estando en la Asamblea Mundial de Derechos Humanos que tuvo lugar en Montreal, Canadá, donde fue invitado por la “Johnson Foundation” y donde elaboraron la Declaración de Montreal, base para la Reunión de Teherán, de la ONU, fue abordado por algunas agrupaciones judías con fuertes lazos en los organismos internacionales quienes le pidieron colaborar en varias reuniones internacionales en América Latina que se desarrollaron en países como Costa Rica, Venezuela, Colombia, y la ciudad de París, en relación a la situación de las minorías, en particular el derecho de los judíos a salir de la Unión Soviética, problema que constituía en esos momentos, internacionalmente fuente roces y conflictos entre los activistas de derechos humanos.
Para ello se organizó un comité latinoamericano de intelectuales y el director de Tribuna Israelita en México, el periodista Sergio Nudelstejer, lo invitó a presentarse para exponer el problema en la ciudad de Bogotá, Colombia en 1969, e igualmente a otro Congreso Latinoamericano semejante sobre el Estudio de las Minorías en San José, Costa Rica en 1970 y un tercero en Caracas, Venezuela en 1971.
En ese mismo periodo, fue invitado por un Comité internacional presidido por el presidente del Senado Francés, que organizó una reunión en París para defender a la minoría judía en Siria, siempre desde la óptica renovada y actualizada del estudio del estado de los Derechos Humanos en el Mundo. Dichas reuniones sobre todo en América Latina, trataban de sensibilizar al medio académico y los círculos intelectuales sobre la situación de las comunidades judías en punto álgidos de la geografía política de esa época, siempre enfrentada a posturas ideológicas que competían con interpretaciones de los sectores progresistas que no tomaban en cuenta ese problema. Después de realizadas, la colaboración resultó positiva pues surgieron dos hechos favorables, la política migratoria se suavizó y la presión internacional empezó a dar frutos.
Una lección aprendida de la experiencia en Amnistía Internacional fue que la técnica de los grupos de 3 permitían desprejuiciadamente abordar situaciones en el ámbito de los países occidentales, de los países socialistas y de los países del tercer mundo, las agrupaciones variadas de origen judío penetraban con cierta dificultad en la noticia cotidiana por la propia condición de los problemas que abordaba. También, los varios años que participó en reuniones de esta naturaleza le permitieron tiempo después asomarme como activista a dos problemas de gran importancia en esta materia: el problema de los palestinos y la construcción de la Nación Palestina y la defensa del pueblo saharahui en su lucha por la independencia en contra de Marruecos y Argelia. Esta segunda parte de sus actividades le ocuparon bastante tiempo paralelamente a la consolidación de la presencia de la Sección Mexicana de Amnistía Internacional de la que ya se hizo mención en párrafos anteriores.
Al mismo tiempo llevaba a cabo sus tareas académicas en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales y en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, que versaban sobre el tema de los Derechos Humanos. Por ello fue invitado a participar en marzo de 1971 en Niza, Francia al Seminario coordinado por la UNESCO y la Fundación René Cassin, sobre " la Ciencia de los Derechos Humanos: Metodología y Enseñanza", que versando sobre el Derecho Internacional y las Relaciones Internacionales acerca de los Derechos del Hombre fue publicando una serie de libros conjuntos en honor de René Cassin quien como ya se menciono había dictado una serie de conferencias en nuestra Universidad cuando se le otorgó el premio Nobel de la Paz en 1968.
En 1970 publicado por la UNAM, salió su libro “la Proyección Internacional de los Derechos Humanos”, donde recoge las ideas de un periodo muy rico en experiencias personales en relación con la defensa y promoción de los mismos.
Mas adelante, fue invitado a participar en la Conferencia Internacional “Namibia y los Derechos Humanos de ayer a hoy”, que tuvo lugar del 5 al 9 de enero en 1976, en Dakar, Senegal con el copatrocinio del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Namibia, la Asociación Internacional de Juristas Demócratas y la Comisión Internacional de Juristas de Ginebra, sobre Namibia y los Derechos Humanos. Participó en el documento de trabajo: “Namibia y las Convenciones Internacionales de Derechos Humanos”, integrado por un grupo de miembros del Instituto Internacional de Derechos Humanos de Estrasburgo. Es de mencionar que existía el antecedente de su libro sobre el tema “La polémica sobre el colonialismo en las Naciones Unidas: el caso de Namibia”, que publicó el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, en 1975.
El representante diplomático oficial en México de la Autoridad Palestina solicitó al Presidente del Centro de Estudios Económicos y Sociales del Tercer Mundo (CEESTEM), Don Luis Echeverría Álvarez, su atención al problema palestino y él lo comisionó para abrir un espacio de investigación, discusión y estudio de la Cuestión Palestina, por lo que organizó actividades de difusión y sensibilización sobre la situación del pueblo palestino en un entorno hostil creado por el gobierno de Israel y de información de los esfuerzos de la autoridad palestina hacia el proyecto de la creación de un Estado propio . A la sazón, Héctor Cuadra se desempeñaba como el Coordinador de Relaciones Internacionales del CEESTEM.
Casi al mismo tiempo en el CEESTEM, se gestó y apoyó la formación de un Comité Nacional para la independencia del Pueblo Saharaui, organizado por intelectuales, figuras públicas involucradas en las luchas contra la injusticia como Doña Amalia Solórzano Vda. de Cárdenas, académicos, periodistas, etc., que se preocupaban por la opresión y lucha desigual contra los saharauis que llevaban a cabo los gobiernos vecinos, principalmente Marruecos. Un gran avance fue que el gobierno mexicano, como otros países reconoció a la Autoridad de la República Árabe Saharahui, con un embajador alterno con sede en Argel. Desde entonces se está esperando que esa situación lleve al reconocimiento total en Naciones Unidas.
En 1975, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR), en ese momento bajo la dirección del príncipe Sadruddin Aga Khan, lo invitó a participar en una misión internacional sobre la aplicación de las convenciones internacionales en materia de asilo diplomático y territorial en varios países: Argentina, Uruguay, Paraguay, Brasil, Chile, Perú, Honduras y la Republica Dominicana.
En la práctica, estos países, desconociendo sus acuerdos internacionales frente al ACNUR de organizar casas de refugio de perseguidos políticos de países vecinos y protegerlos, permitían la detención, captura y persecución con sus propias policías. Como trabajo inicial, pasó varios meses en Ginebra, Suiza para estudiar y organizar toda la información existente y presentar casos concretos a los gobiernos mencionados. Concluida esta fase, se organizó la misión con tres miembros y un secretario del Comité de Encuesta y Relator General que fue el cargo que se le asignó. El ACNUR, informó al personal diplomático mexicano residente en Suiza que un mexicano estaba en Misión Especial y solicitaban su apoyo para cualquier contingencia. Los tres miembros, el Profesor José A. Cabranes, de Puerto Rico, el Dr. Fernando Fournier de Costa Rica y el Prof. Francois Moderne de Francia, se dirigieron a Sudamérica con la consigna de encontrarse con el Secretario y Relator General de la Misión en Buenos Aires.
El Dr. Cuadra llegó directamente de Suiza antes que los otros miembros e inició sus contactos con los refugiados para verificar los hechos. Llamó a la Embajada Mexicana para reportar su estancia en territorio argentino, días más tarde, los mismos refugiados le informaron que la policía local había estado haciendo preguntas sobre él y estando trabajando en su hotel, fue detenido y trasladado a un lugar donde se le incomunicó por varios días (eran los sótanos de la Casa Rosada donde el Ministerio del Interior retenía a sus detenidos). Al no presentarse en la Embajada Mexicana el personal diplomático lo reportó como desaparecido al ACNUR y se inició su búsqueda. Personal diplomático mexicano y suizo, Amnistía Internacional y otras organizaciones ejercieron presión y fue sacado directo al aeropuerto donde en avión militar lo trasladaron a Santiago de Chile, el gobierno chileno no le permitió el desembarco y remitido nuevamente al avión que le llevó a Lima, Perú, donde pudo descender y reportarse. De Perú voló a México donde elaboró su reporte ante la experiencia vivida, el ACNUR, abortó las visitas físicas e inicio un reclamo internacional sobre las violaciones a la inmunidad diplomática
A finales de noviembre 1979, recibió una invitación para una reunión de la UNESCO de expertos sobre el “Lugar de los Derechos Humanos en las tradiciones culturales” que tuvo lugar en Bangkok, Tailandia del 3 al 9 de diciembre del mismo año. Fue designado correlator al lado de un nigeriano a dicha reunión que contó con la participación de especialistas en las grandes religiones del mundo. El documento producido da cuenta de las afinidades de las grandes religiones del mundo con los principios de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Cabe añadir que la invitación le fue formulada directamente por el entonces subdirector general de la UNESCO, Dr. Rodolfo Stavenhagen.
A principios del año siguiente, fue invitado a una reunión de expertos convocada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en San José, Costa Rica, para la planeación y organización del Instituto Interamericano de Derechos Humanos del 10 al 13 de enero de 1980. En esa reunión se conformó el grupo de fundadores de dicho Instituto, que ha llevado a cabo una gran labor de formación de cuadros en materia de derechos humanos.
En el mismo 1980, participo en un Seminario Regional denominado "Los Refugiados y los medios de Información", que pretendía discurrir sobre el papel de los reporteros de guerra en conflictos armados y pretendía proporcionar a los mismos el instrumental jurídico adecuado para defender sus derechos. Fue organizado por el ACNUR y la Comisión de la Universidad para la Paz en San José, Costa Rica en la segunda quincena de noviembre.
Tiempo después en 1985, el Dr. Rodolfo Stavenhagen quien se había vinculado a dicho Instituto Interamericano de Derechos Humanos convocó a un grupo de distinguidos mexicanos para fundar la Academia Mexicana de Derechos Humanos. El Dr. Cuadra participó quedando como miembro fundador. A propósito, la Academia acaba de cumplir el año pasado 25 años de fructífera labor en la cual, ha participado en los últimos 10 años como uno de los dos vicepresidentes.
Durante el sexenio del presidente Miguel de la Madrid, se decidió integrar a México con los países de oriente, y se creó la “Comisión Mexicana de la Cuenca del Pacifico” que tenia como finalidad involucrar al gobierno federal, los gobiernos de los estados, universidades y medios académicos y empresarios, para crear los vínculos con los países de oriente y llegar a la integración, cooperación internacional económica, financiera, tecnológica, científica y cultural.
Entre las recomendaciones estaba la de organizar un instituto o centro de investigaciones de la Cuenca del Pacífico y se convocaron representantes y especialistas de la UNAM, del Colegio de México y del Colegio Mexiquense para fundarlo. El Dr. Cuadra fue nombrado representante del Rector de la UNAM, Dr. Sarukhan y más tarde del Rector Jorge Carpizo para dichas tareas. La Universidad de Colima por su posición estratégica fue escogida para constituir dicho centro y paralelamente organizar una Red Nacional de Investigadores sobre la Cuenca del Pacifico que en los últimos quince años ha dado importantes frutos. El Centro de Estudios sobre la Cuenca del Pacífico lo invitó a colaborar personalmente y mientras se desarrollaban los programas con los países de la Cuenca del Pacífico, entabló relaciones personales con las Autoridades Chinas y fue invitado en octubre de 1998 a Beijing, China al “Simposio Internacional sobre los Derechos Humanos Mundiales hacia el siglo XXI”, patrocinado por la Sociedad China de Estudios sobre Derechos Humanos y la Asociación China sobre Naciones Unidas. Su participación fue con una ponencia publicada en las Memorias del Congreso y hasta la fecha continúa colaborando con las organizaciones involucradas.
La semblanza de un profesor cuya dilatada práctica académica de más de cincuenta años y una gama de actividades e iniciativas profesionales igualmente amplias son difíciles de resumir aquí. Sin embargo, creemos igualmente relevante mencionar que paralelamente a todo lo reseñado y siempre interesado en las novedades profesionales, en su faceta de jurista ha desarrollado una actividad de panelista (árbitro) en el mecanismo de solución de controversias del Tratado de Libre Comercio de America del Norte (TLCAN) durante los últimos dieciocho años, de 1994 a la fecha, sin desatender la docencia universitaria, la investigación y el activismo “por las mejores causas del hombre” como reza su dedicatoria a Sían MacBride, en su libro sobre “la proyección internacional de los derechos humanos”.
“A Seén MacBride quien supo conducirme del interés a la acción por las mejores causas del hombre” |